De gran corazón, la nieta del “Viejo de los Alpes” destaca por su enorme calidad humana y un profundo amor hacia la naturaleza. 

Estas son algunas cualidades que observamos en esta niña altamente sensible, además de poseer una gran empatía hacia los más desfavorecidos.

Hace un tiempo, en un grupo de Facebook alguien comentó que si creíamos que Heidi era una niña altamente sensible. Lo que al principio algunos pensaron que lo decía en broma, se convirtió en un interesante debate sobre el asunto.

La mayoría estábamos de acuerdo en que la inseparable amiga del cabrero Pedro cumplía con las características básicas que definen la sensibilidad del procesamiento sensorial infantil. Todo un descubrimiento.

Su amor hacia la naturaleza y los animales; su actitud ante las injusticias y la nobleza de sus sentimientos; y sobre todo esa capacidad innata para disfrutar al máximo de la vida gracias a ese don que es la alta sensibilidad cuando ésta ha sido bien atendida.

La ingenuidad propia de la infancia, su capacidad de asombro, su alegría contagiosa; también  así su tozudez y/o perseverancia en la consecución de sus objetivos enamoraron a varias generaciones de niños y niñas, fueran o no altamente sensibles también.

Unos dibujos que marcaron nuestra niñez y en los que se ensalzaban valores que hoy ya no están tan presentes. Para muchos, Heidi no sería más que una pobre niña “ñoña”, sensible y aldeana por vivir apartada en las montañas.

Recuerdo una cinta de cassette de color verde que había en mi casa. Era el capítulo de Heidi en el que, después de una tormenta, se encuentra un pajarillo que se ha caído de un nido y no puede volar. Se llamaba “Pitchí”.

Recuerdo en esta grabación el sonido de la lluvia y los truenos, y el enfado que se llevó la niña cuando le recriminaba al perro del abuelito: “¡¡¡Niebla, no te lo comas… te lo has comido!!! Y le golpeaba: “¡¡Malo, malo, malo!!”

¡Qué disgusto, por Dios! Lo recuerdo como si fuera ayer… ( por cierto, creo que lo tenía en la boca pero no le hizo daño).

Una niña altamente sensible entrañable

Sin duda alguna, uno de los personajes animados favoritos de mi niñez es esta entrañable niña altamente sensible. Presenta  una marcada empatía, que es una de las característica dela sensibilidad del procesamiento sensorial. Ésta se manifiesta, por ejemplo, en la atención que le dedica a la abuela de su amigo Pedro. Una viejecita ciega y desdentada, que no puede comer el único mendrugo de pan duro del que disponen en casa. Heidi sufre por ella y se compromete a llevarle pan tierno … ¿Os suena?

Yo conservo esos recuerdos y tantos otros de una serie que me ha aportado grandes enseñanzas.

Así como en Pedro no se reconocen rasgos altamente sensibles, en el abuelo de Heidi sí podríamos hablar de un hombre PAS. ¿Sorprendidos?

Bajo esa apariencia de hombre poco sociable, cascarrabias y huraño, el “Viejo de los Alpes” podría encajar en el perfil de una persona altamente sensible.

Con un parecido físico que recuerda al del desaparecido escritor Ernest Hemingway, el Abuelo presenta una personalidad introvertida que, como sabéis, afecta a la mayor parte de los PAS.

Refugiado en la montaña, -donde se siente seguro lejos de las habladurías de las gentes del pueblo-, y aislado del mundo, sumido en una profunda depresión por la muerte en accidente de su hijo Tobías, sobrevive trabajando como carpintero.

La llegada de su nieta le devolverá a la vida y a conectar con esos sentimientos olvidados, ocultos bajo una coraza que le permitió hacer frente al dolor por la pérdida.

Desconocemos cómo eran los padres de Heidi, por ser huérfana, pero es muy probable que también fueran altamente sensibles, ya que se trata de un rasgo de la personalidad que se hereda.

A diferencia del Abuelo, Heidi tiene una personalidad extrovertida, alegre, sin malicia alguna, lo que hace que algunos niños del pueblo abusen de su ingenuidad y quieran acusarla injustamente.

La poca empatía de los niños del pueblo no es nada comparada con la de la señorita Rottenmeier. La cuidadora de la niña con discapacidad, Clara, no parece tampoco ser altamente sensible, ya que tiene esclavizada a la pobre “Adelaida”, verdadero nombre de Heidi.

Espero que este artículo os haya gustado y transportado también a vuestra infancia, como yo lo he hecho a la mía. Os dejo algunos enlaces sobre esta serie, sólo para nostálgicos…