Ya sea en la escuela o fuera de ella, ser diferente llama la atención.
La mayoría de los niños y niñas con sensibilidad del procesamiento sensorial suelen pasar bastante desapercibidos entre las multitudes. Sin embargo, cuando se encuentran sobrecargados por el entorno, su alta sensibilidad se manifiesta al no saber manejarla.
Es frecuente que se sientan incómodos por cosas que al resto de sus compañeros les parecen tonterías. No entienden cómo pueden tomarse tan a la tremenda un mal gesto que “nadie” ha percibido o que un tono de voz más elevado de lo normal.
Incluso un pequeño empujón pueda afectarles hasta sentirse violentados.
El NAS entro del aula
Recuerdo cómo mi hijo Jonás, cuando era pequeño, se enfadaba cuando algún compañero de clase le rozaba mientras estaban colocados en la fila. Sentía que había sido a propósito, que habían invadido su espacio y no entendía por qué si él no se metía con nadie, le tenían que estar “molestando”.
La profesora ya había observado ese malestar, esa hipersensibilidad de mi hijo. Me aseguró que no había mala intención, que los empujones eran consecuencia del alboroto del momento.
Pero mi hijo se ofuscaba, abrumado como debía estar con el griterío del resto de sus compañeros.
Un montón de niños hablando o discutiendo, mientras la maestra intenta poner orden sin mucho éxito. Además, el cansancio de las clases y la sobre estimulación en general a la que están expuestos en el entorno escolar acaba manifestándose de alguna forma.
Y es que la sensibilidad se despierta al percibir de manera tan intensa …
Irritarse con facilidad puede atraer el bullying ya que es más probable llamar la atención de sus compañeros al no entender qué les pasa.
Si tu hijo/a es un NAS, puede convertirse en el objetivo perfecto para los acosadores porque parecen más vulnerables que el resto.
Muchos NAS, al no saber defenderse, son considerados un “blanco fácil”
A la mayoría de los niños y niñas altamente sensibles no les gustas las situaciones violentas.
Ya sean películas de ficción o conflictos cotidianos, tienden a evitarlos retirándose de esos lugares porque se sienten incómodos. Este comportamiento puede ser interpretado como un acto de cobardía, sobre todo en el caso de los NAS varones. Y es que ser agresivo, competitivo y poseer iniciativa son cualidades valoradas positivamente en nuestra cultura occidental.
Los NAS suelen ser objeto de acoso en la escuela, pero ¿a qué se debe esto?
La antropóloga Nieves García-Valiño aborda en su artículo “Niños PAS y el acoso escolar” este grave problema, tan presente por desgracia hoy día en los centros educativos.
“Los niños PAS no son más débiles ni más fáciles de manipular ni tampoco tienen menos personalidad ni iniciativa aunque, y aquí aparece el problema, lo pueden parecer a ojos de un niño acosador”, afirma.
Cuando hablamos de “bullying” o de acoso en la escuela nos referimos a una situación de vejaciones a los niños y niñas. Ya sea en forma de insultos, indiferencia, aislamiento, violencia física, humillaciones, etc., se producen con la intención de causar un daño.
Además, se produce de forma repetitiva y prolongada en el tiempo buscando lugares apartados donde los adultos no puedan descubrirlos. Cuentan con la complicidad de otros compañeros que callan y no denuncian lo que está ocurriendo. Esto se produce generalmente por miedo a represalias o a ser señalados como “chivatos”.
¿Cómo se produce el acoso en la escuela?
En el acoso escolar intervienen, según explica García-Valiño, los agresores, las víctimas y los testigos:
“Los niños que acosan en la escuela suelen ser menores con problemas de autoestima. Suelen ser de familias en las que la violencia es empleada como medio para resolver conflictos. Estos niños eligen como víctimas a los niños solitarios, de pocos amigos o recién llegados a la escuela que necesitan ser aceptados rápidamente. Es por ello que no se oponen a nadie ni a nada que pueda hacer que terminen segregados”.
Y ahí es donde puede estar el peligro para un niño PAS y su “no comprendida” alta sensibilidad, advierte.
Desde las escuelas, los docentes tienen que estar alerta para poder detectar posibles casos de bullying entre el alumado. Pero también se produce este acoso fuera del aula.
Hoy en día, con el auge de las redes sociales, es muy frecuente utilizar esta vía para humillar de forma pública, atentando contra la intimidad de los menores.
No podemos hacer que nuestros hijos e hijas sean menos sensibles, ya que es un rasgo con el que se nace. Pero lo que sí se les puede es dotar de herramientas para que sepan cómo hacer frente a este problema.
Consejos si tu hijo sufre acoso en la escuela:
- Estar en contacto con la escuela para detectar lo antes posible si el menor está siendo acosado. Valorar si efectivamente es una realidad ya o pudiera tratarse de un conflicto puntual que se resolvería en un par de días.
- Hacerle saber al niño/a que él no tiene que solucionar el problema por su cuenta, sino que tiene que actuar avisando a un adulto, familiar o al profesorado, que serán los encargados de protegerlo.
- Las clases de defensa personal, kárate, etc. son una buena ayuda para dotar al menor de mayor confianza en sí mismo. Además de darle seguridad, es una estupenda forma de descargar su estrés y mantenerse en buena forma física.
- Relacionarse con otros niños con los que se encuentre a gusto. Logrará sentirse respaldado y será capaz de defenderse por sí mismo.
- Enseña a tu hijo que observe cómo reaccionan otros niños cuando son intimidados o se ríen de ellos. Puede aprender de ellos.