Aunque el rasgo en sí es neutro, en muchas culturas no está bien visto verles llorar. Si tienes un hijo varón sensible, te damos algunas pautas para su crianza.

La mayoría de los chicos han sido educados para no mostrar sus emociones. Por ello, cuando aflora su lado más sensible suelen sentirse presionados para reprimirlas.

Por ello, hoy os comparto algunas reflexiones y recomendaciones para la crianza de un hijo sensible varón. Porque, tarde o temprano, tendrán que enfrentarse a conflictos personales y sociales de diferente índole que, de no ser gestionados adecuadamente en la infancia, pueden afectar a su autoestima.

Aprovechando que es 19 de marzo, quiero dedicarle este artículo a todos los papás del mundo, y en especial al mío.

Recientemente, hablando con mi padre me contó una situación que vivió de pequeño y que yo desconocía. Y eso que hablamos bastante.

Resulta que de niño tenía que trabajar ayudando en casa. Además de ir con las vacas al monte y otras labores que tenía asignadas, también tenía que colaborar haciendo queso.

A mi padre no era algo que le disgustase. Había que echar una mano y era consciente de las carencias de la economía familiar en aquellos tiempos. Sin embargo, me confesó que lo pasaba mal porque la gente -y otros niños también- se reían de él.

Un trabajo «de mujeres»

Resulta que elaborar quesos era un trabajo que desempeñaban las mujeres. Mis abuelos, tal vez por ignorancia o porque no le daban importancia a ese hecho, no eran conscientes de que esta situación era incómoda para su primogénito varón.

Tal vez la solución pudiera haber sido trabajar sin que le vieran los vecinos. Enfrentarse a un entorno hostil machista resulta muy violento y puede afectar a la autoestima de un niño. Sobre todo si es altamente sensible.

Ahora, pasados los 70 años todavía conserva ese recuerdo de su infancia que seguro le sigue removiendo por dentro al contarlo y hace aflorar emociones que creía olvidadas…

Desconozco si mi padre es PAS. En los hombres de esa época es más complicado detectarlo porque la presión por parte de la sociedad es muy grande. No se les permitía llorar o expresar sus sentimientos. Exteriorizar las emociones era algo únicamente permitido en exclusiva a las niñas/mujeres.

Debían mostrarse como seres “de piedra” y, para no ser considerados débiles o vulnerables, se construyeron una máscara que les permitiría sobrevivir enterrando su sensibilidad.

¿Sabíais que la palabra PERSONA viene del latín y significaba MÁSCARA?

En el fondo, creo que todos y todas llevamos una, ¿verdad?

Aceptar las emociones de tu hijo sensible varón

Que no Miguel, que los chicos sí lloran. ¿Recordáis el éxito de “ Los chicos no lloran”, allá por los años 90? En contra de lo que dice la letra de su canción, los niños también tienen derecho a sentir miedo, a no ser reprendidos ni sentir vergüenza por mostrar sus emociones.

Desde pequeños, muchos padres se preocupan cuando sus hijos juega con muñecas y lo pasan mal cuando muestran preferencia por realizar juegos o actividades que se salen de lo “masculino”. La mayoría intentará reconducir esos comportamientos alegando que son “cosas de niñas”.

Es necesario entender que hay diferentes formas de ser masculino. De lo contrario, muchos niños sufrirán porque no encajan en los roles de género tradicionales donde prima la fuerza y la agresividad.

Expresar nuestros sentimientos y emociones nunca ha sido algo bien visto por la sociedad. Y si además, resulta que formas parte del 15%-20% de las personas altamente sensibles, pretender ser alguien que no eres puede perjudicar gravemente tanto tu salud física como mental.

Bebés

Desde el nacimiento, ya se observan diferencias en el trato de los bebés en función de su sexo.

En una charla del colegio de mi hijo sobre discriminación de género, nos pusieron un vídeo que ilustra esta afirmación.

Se trataba de un experimento en el que vestían a un bebé con un baby rosa y lo mostraban a diferentes personas para que lo cogieran en brazos. La gente, al “suponer” que era una niña por el color de la ropa, lo cargaban con delicadeza, le hablaban suavemente y alababan lo guapa que era y los novios que iba a tener cuando fuera mayor.

A ese mismo bebé, le pusieron ropa de color azul y el comportamiento hacia él fue otro: le hablaban más alto, lo zarandeaban de forma más bruta; destacaban lo fuerte y sano que era, etc. atribuyéndole características que se asocian a lo masculino. ¡Pobres niños!

¿Os imagináis cómo se deben sentir los bebés varones? Ya desde pequeños se les trata con cierta “violencia”, por lo que aprenden de los adultos que hay que ser duros. ¿Y si ese recién nacido es altamente sensible? Supongo que estaría muerto de miedo, llorando desconsolado … ¡¡¡Como una niña!!! En fin.

El desafío de ser un niño sensible

Los niños sensibles no suelen mostrarse atrevidos. Tienen tendencia a pensar antes de actuar, a valorar los pros y los contras de una situación, por lo que muchas veces se les considerará como miedosos o tímidos.

Son muy observadores y esa actitud tan precavida les impide probar cosas nuevas. En ocasiones, necesitarán de los adultos que les “empujemos” un poquito para que se animen a participar, pero sin sentirse forzados, acompañando y respetando sus tiempos.

Recordad que les cuesta entrar en acción.

Mientras que a las niñas se les permite mostrar un comportamiento más pasivo, a ellos se les puede llegar a avergonzar por ser tan prudentes.

En nuestra sociedad, se ensalzan valores agresivos, competitivos y machistas.

Por ello, si no se comportan según el código masculino imperante, se les margina. Sin embargo, en países como India o Tailandia son muy valorados y respetados.

El Dr. Ted Zeff, autor de libros como “The strong sensitive boy” (“El chico fuerte y sensible”), considera que “para que una sociedad funcione, hay que equilibrar el comportamiento agresivo de algunos de los hombres que no son altamente sensibles y que no propagan un trato respetuoso de los seres humanos, de los animales y la naturaleza.”

Para Ted, el término “altamente sensible” no ayuda a los varones a mostrar su verdadero sentir porque tiene unas connotaciones que no se corresponden con el ideal masculino.

Así, prefiere hablar de un “sistema sensorial más desarrollado” en lugar de alta sensibilidad.

Consejos para tratar a tu hijo varón altamente sensible

1. Defiende siempre a tu hijo cuando exprese sus emociones si otros le avergüenzan por ello. Fomenta su lado sensible y enséñale a poner límites ante los comentarios que puedan humillarle.

2. Como padre de un NAS, sé su mejor ejemplo. Enséñale tu lado más sensible de ser hombre, seas o no PAS.

3. Demuéstrale amor físico, es decir, abrázalo, bésalo para que te sienta cercano. Según he leído, algunas investigaciones señalan que los padres suelen tratar a las niñas de forma más afectuosa que a los varones.

Ellos también necesitan que sean cariñosos con ellos.

4. Apóyale cuando se sienta vulnerable y tranquilízalo cuando exprese sus miedos. A la mayoría de los hombres se les ha enseñado a reprimir sus emociones desde su infancia, a no “desviarse” de lo masculino.

Sin embargo, las niñas sí pueden adoptar roles masculinos sin que se vea como algo negativo. Las féminas salimos aquí beneficiadas al no sentir esa presión que sufren los niños.

En definitiva, cuidemos la autoestima de los hijos sensibles varones para que lleguen a convertirse en hombres orgullosos de ser como son. ¡Pongamos de moda la sensibilidad!

Mamá Yomime