Los niños altamente sensibles pueden parecer tímidos pero, normalmente, tan sólo están pensando.
Si bien es cierto que el 70% de los NAS tienden a ser introvertidos y esta característica a menudo se confunde con timidez, la realidad suele ser otra.
Son también reflexivos y cautelosos. Como son más conscientes de su entorno, se dedican a observar más a su alrededor y suelen ser selectivos a la hora de escoger con quién relacionarse.
Necesitan adultos que noten y sean capaces de ver más allá, incluso fuera de las clases. La escuela no es sólo el aula, pues es en el patio donde los menores se relacionan, interactúan y se generan conflictos que tienen que aprender a manejar.
Ser diferente puede llamar la atención de los niños que acosan
Hay que estar atentos a lo que sucede en el recreo y que pudiera afectar a los NAS. En ese espacio, los maestros tienen menos visibilidad y control.
Y todos sabemos que pueden pasar muchas cosas durante el recreo y a la hora del almuerzo, siendo el bullying uno de los problemas más importante en nuestros centros educativos.
Obsérvalos
Es imposible saber qué ocurre con cada estudiante en todo momento, pero si observamos cambios en el estado de ánimo o la actitud después de los descansos, -o que el alumno/a a menudo se muestra molesto y distraído después del recreo-, puede ser una señal a tener en cuenta.
Es probable que algo esté pasando y necesitan que lo sepas.
Sin embargo, muchos niños sensibles no siempre serán capaces de pedir ayuda ni de contarles sus preocupaciones a sus amigos.
En su libro “El don de la sensibilidad en la infancia”, la psicóloga Elaine Aron describe diferentes situaciones que deben ser observadas por el profesorado para poder enteder mejor a un NAS.
Por ejemplo, hay muchas señales que se pueden malinterpretar:
- Las lágrimas: un niño/a que llora a menudo suele considerarse como más débil y vulnerable. Pero las lágrimas pueden expresar otras emociones, también felicidad y no sólo tristeza.
- Manías: su necesidad de que el espacio personal no sea invadido, ser meticuloso y perfeccionista pueden ser considerados como “rarezas” del niño y ser objeto de burlas.
- Además, debido a que se sobreestimulan con facilidad, se desbordan emocionalmente y sus momentos de frustración pueden verse como ira irracional.
Si tienen hermanos/as, no hay que permitir que se rían de ellos o se les ponga en ridículo por ser “diferentes».
Educar siempre desde el respeto y la aceptación. Todos somos distintos.
Los niños altamente sensibles suelen ser conscientes de que son diferentes y pueden llegar a pensar que es algo malo.
Necesitan saber que son queridos, apreciados y aceptados para sentirse bien y tener una buena autoestima.
Hacer amigos
Elaine Aron señala también que el hecho de ser tímido entre los siete y diez años no tiene por qué suponer un problema. Sin embargo, “después de los diez años, suele llevar a una baja autoestima, al aislamiento y la ansiedad”.
Según esta psicóloga norteamericana, la razón de ello tiene que ver con que en nuestra cultura lo normal es exponerse y no se ve bien el “retraimiento social”.
Algunos NAS tienen problemas para hacer amigos, pero tampoco te preocupes por ello.
Es preferible tener un único amigo, ya que prosperan mejor en las relaciones uno a uno, -y si también es altamente sensible mejor-, que tener muchos y que no sean afines (incluso de pequeños pueden tener amigos “imaginarios”).
Dice Aron que es recomendable que su mejor amigo del curso pasado o del barrio coincidan en el mismo aula y que se sienten juntos. Dado que perciben más cosas, un niño altamente sensible estará mejor situado en primera fila, pues así se reduce el número de estímulos que tendrá que gestionar y se sentirá más cómodo.
Es importante apuntarle a actividades que le gusten y donde pueda aprender también a relacionarse con otros niños que no sean NAS.
Son experiencias que supondrán un aprendizaje y lo convertirán en una persona más fuerte a nivel emocional.
No aislarse es clave, así como exponerles poco a poco ya que tienen que conocer cómo es el mundo en el que les tocará vivir.