Ya sea el de un amiguito o el suyo propio, la fiesta de cumpleaños para los niños sensibles es una de las situaciones más estresantes que tendremos que acompañar.

Y es que necesitará más tiempo para integrarse en la fiesta de cumpleaños ya que el exceso de estímulos saturarán los sentidos de los niños sensibles. Mucha gente, ruidos, luces, juegos, etc. incomodan a la gran mayoría de los Niños Altamente Sensibles (NAS), por lo que seguro que tu hijo no querrá separarse de tu lado. Cuando parece que ya empieza a encontrarse a gusto, es hora de irse a casa… ¿Te suena?

El ruido: fuente de sobreestimulación para un NAS

La última fiesta a la que acudió Jonás fue cuando tenía 10 años. Mientras yo aparcaba el coche, le dije que fuera entrando él pues llovía bastante. Su amigo Marcos celebraba su cumple y había invitado a un montón de niños. Por el mal tiempo, muchos padres también estaban dentro del local.

Cuando llegué, había semejante bullicio allí montado que rápidamente intenté localizar a mi hijo para socorrerlo. Y, efectivamente, en cuanto me vio su cara lo decía todo: estaba muy agobiado por el jaleo y, además, le habían puesto una pegatina para participar en un juego que estaba organizando una animadora… ¡¡¡Socorro!!!.

Nos sentamos en una esquina apartados de la fiesta porque el ruido era excesivo. Nos quedamos todavía bastante rato allí por compromiso, pero deberíamos habernos ido antes.

Y, desde entonces, ya no ha querido ir a más cumples, de hecho, tampoco quiso celebrar ni el suyo propio pues se quedó con un mal recuerdo del anterior, en el que un amigo le “arruinó” la fiesta con su comportamiento.

Las fiestas sorpresa no son recomendables para tu NAS si aún es muy pequeño

Nunca he preparado cumpleaños con muchos niños, ya que no he querido entrar en esa dinámica de compromisos -y de dinero- en los que se han convertido estos eventos. Las fiestas más familiares han sido relegadas al olvido, siendo precisamente éstas las más adecuadas para un niño de alta sensibilidad y en las que puede participar también alguno de sus amigos más especiales.

Elaine N. Aron, en su libro El don de la sensibilidad en la infancia, sugiere en relación al número de personas que debemos invitar a una fiesta de cumpleaños, que la proporción sea de un invitado o invitado y medio como mucho por año que cumpla el niño.

Cuanto más sencillo, mejor

Es recomendable desmarcarse del resto de la gente y preparar fiestas a la medida de tu hijo, donde se encuentre a gusto, frente a esos otros cumpleaños excesivamente ostentosos que están tan de moda (Jonás celebró los dos últimos en la huerta de los abuelos, con la familia cercana y cuatro niños del barrio).

Al igual que los cumpleaños, las fiestas populares típicas de estas fechas veraniegas son otro de los grandes estresores para los NAS. Las atracciones de feria son demasiado estimulantes y el ruido ensordecedor puede incluso provocarles dolor de cabeza.

Mi hijo no quiere arrimarse ni montarse en nada. Intento animarle un poquito, sin forzarle, pero no hay forma de lograrlo. Mirándolo por el lado bueno, te ahorras un dinero ¿A que sí?

Por cierto, se os ocurren más ideas para preparar la fiesta de cumpleaños para los niños sensibles?

Mamá Yomime