infancia-ninos-muy-sensibles

Características de los niños sensibles de 6 a 12 años

Un Niño Altamente Sensible (NAS) sabe que es distinto, pero  no entiende el por qué. Lo que sí suele intuir es que ser diferente es, de alguna forma, una anomalía, un defecto,  algo que le puede estar impidiendo ser «como los demás».

Si bien es cierto que el ser humano es un ser sociable y todos necesitamos sentir que pertenecemos a un grupo, el hecho de querer encajar «a la fuerza» no es una buena idea porque … ¿Recordáis lo que ocurría en este conocido juego de nuestra infancia,  el «Tetris» ? Pues eso.

 

0020

 

La sobreestimulación continúa siendo un área crítica con la que los NAS tienen que lidiar en esta etapa que abarca, aproximadamente desde los seis a los doce años. Ya van aprendiendo a regularse mejor y suelen sufrir menos crisis. Si todavía presenta rabietas y no sabes cómo actuar, aquí te dejo algunos consejos para atenderlas.

Se observa que van a ir animándose a hacer cosas nuevas que en etapas anteriores no eran capaces de llevar a cabo, ya que no tenían suficientemente interiorizado el modelo «DETENTE-COMPRUEBA-ACTÚA». La adaptación es cada vez mayor y ahora, lo hacen de forma más automática antes de realizar una actividad nueva, es decir:

  • Se detienen para observar todos los detalles.
  • Miden las consecuencias (sopesan los pros y los contras).
  • Finalmente, actúan y se lanzan con algo nuevo.

Poco a poco, los NAS serán cada vez más autónomos, lo que repercute de forma positiva en su autoestima porque ven cómo son capaces de hacer cosas nuevas. A su ritmo, eso sí. Y tanto los padres, como cuidadores y maestros han de ser capaces de valorar estos «pequeños» logros (en el fondo, son grandes avances para un niño sensible). Hay que animarles un montón y tener mucha paciencia con ellos.

En esta etapa, los NAS han perfeccionado y dominan mejor el modelo      «Detente-Comprueba-Actúa«

Curiosos e imaginativos, en estas edades ya comienzan a aflorar en muchos niños y niñas altamente sensibles los talentos.

Los niños de alta sensibilidad se caracterizan por tener un potencial enorme. Si observamos alguna habilidad en nuestros pequeños, es recomendable fomentarla y ofrecerle herramientas para que pueda desarrollarla. El ser bueno en algo aumentará su autoestima, además de disfrutar realizando una actividad que le satisface. Y es que, en muchos casos,  el «genio creativo» puede estar ya gestándose desde edades tempranas.

Otros lo descubrirán más tarde. No importa. Tienen toda la vida por delante.

Situaciones estresantes a las que se enfrentan los niños sensibles de 6 a 12 años

La infancia es una etapa de cambios constantes, por lo que hay que seguir protegiéndoles en aquellas circunstancias que no sean todavía capaces de manejar sólos. Los elementos que van a provocar una sobreestimulación tienen que ver con las siguientes situaciones:

  1. Aquello que se sale de lo habitual. Ya sean fiestas de cumpleaños, de disfraces, navidades; una mudanza o cambio de domicilio;  viajes y vacaciones; en definitiva, cualquier cosa que se salga de la rutina puede ser fuente de estrés.
  2. El colegio.  La vida escolar es muy, muy estresante y, como padres, poco podemos hacer en este terreno. Muchos niños juntos, muchos ruidos, muchos colores, etc. necesitan ratos de desconexión de tantos estímulos que tienen que procesar. Las exigencias de la vida académica (exámenes, deberes) y la relación con el resto de compañeros que no son altamente  sensibles, les puede llegar a crear ansiedad y somatizar las emociones (dolores de cabeza, de tripita, dermatitis, llagas en la boca,  son comunes en los peques).
  3. El propio proceso de crecimiento. Y es que ya no son «tan niños» y tienen que descubrir el mundo y aprender a desenvolverse en él. Esto conlleva problemas y tensiones que atender. El papel de las familias en este momento consiste en ser capaces de proporcionarles autonomía (lo que se traduce en una mayor autoestima) y no sobreprotegerlos en exceso. Se trata de encontrar el equilibrio entre «soltar» y «proteger» a los hijos.
  4. Situaciones y tensiones ocultas.  No podemos saber todo lo que pasa por la cabeza de un NAS. Su sensibilidad les hace percibir la realidad con tanta intensidad y pueden llegar a sentirse tan diferentes a otros niños de su edad, que tiendan a aislarse. Hay que trabajar con ellos y explicarle que todos somos diferentes, que se acepten como son y que entiendan que no son los únicos. Por otra parte, tendremos que aprender a interpretar conductas que se salgan de lo habitual y que puedan estar indicando un alto grado de estrés en el niño.

niño equilibrio

Consejos para reducir el estrés de los NAS

Elaine Aron en su libro El don de la sensibilidad en la infancia, hace referencia a dos investigaciones en las que se concluyó que «los NAS se muestran más sanos y tienen menos lesiones que el resto de los niños cuando su nivel de estrés es tolerable».

Ya he comentado antes que los NAS pueden padecer con mayor frecuencia dolores de cabeza y de estómago sin razón médica aparente (en el caso de mi hijo se cumple esto). Entiendo que el origen de ello podría estar en que acaban somatizando los problemas, -repercutiendo en su salud-, e incluso podría llegar a generarles también ansiedad.

Dada la importancia que el estrés tiene en la calidad de vida de una PAS (Persona Altamente Sensible), a continuación citaremos algunos consejos:

  • Vida tranquila. Evitar los lugares con mucha gente, reducir el número de salidas, viajes, etc.
  • Las rutinas. Todo aquello que es previsible tranquilizará a tu hijo/a y le dará seguridad. Avísale con tiempo antes de hacer algo nuevo que se salga de lo habitual.
  • Hacer cosas juntos, en casa o en la naturaleza. Como dice Viktor Küpper en este vídeo genial, «los hijos necesitan cariño y tiempo», pero no sólo tiempo de calidad, sino TIEMPO en mayúsculas.
  • Hablar mucho con ellos sobre temas que le puedan estar preocupando: sobre la vida, las injusticias, la muerte, etc.
  • Y, cuando no sepas qué hacer, simplemente abrázalo. Este sencillo gesto calmará sus males y le harás saber que no está sólo y que todo pasará.